
La fractura de cadera en las personas mayores es un problema de salud con serias consecuencias para el afectado y su entorno. Conoce cómo prevenirlas y tratarlas, y consejos para una óptima recuperación.
Escrito por Marina García, Periodista, experta en salud y tercera edad.
La prevención de las fracturas de cadera en los adultos mayores está determinada por la puesta en marcha de diferentes estrategias que eviten, o al menos reduzcan, las posibilidades de que sufran caídas o golpes accidentales, y que favorezcan un mejor estado de salud del posible accidentado. Para ello deberían combinarse las siguientes medidas:
- Revisión y seguimiento de la medicación que toma el mayor para evitar en la medida de los posible mareos o desvanecimientos; así como el uso de aquellos que mejoren el estado de sus huesos.
- La intervención de un terapeuta ocupacional que ayude a adecuar el entorno del mayor para evitar tropiezos, y para enseñarle a realizar ciertas acciones diarias, como el aseo personal o la limpieza del hogar, de una forma segura.
- Pautar la realización de ejercicio físico para evitar la reducción de la masa ósea, aumentar la fuerza muscular y mejorar la movilidad. Además, el hecho de mantenerse activo aumenta la seguridad y confianza del mayo y le ayuda a adquirir destreza.
- Evitar el tabaco y el alcohol, tanto para frenar la reducción de la masa ósea, como para prevenir accidentes relacionados con su consumo.
- Llevar una dieta equilibrada que evite el déficit de minerales y vitaminas. En ciertos casos puede ser necesario la suplementación de calcio, vitamina D, y otros nutrientes.
- Utilización de protectores de cadera que protejan la zona si se produce un golpe, aunque esto se suele recomendar solo a mayores con un alto riesgo de fractura.
- Realización de una densitometría para determinar el estado óseo del mayor y así poder establecer las mejores medidas preventivas en su caso.