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Manual de los 5 cuidados Básicos del anciano


 

Son muchas las familias que llegado un punto deben convivir con sus adultos mayores en casa. Algunos ancianos conservan sus facultades prácticamente intactas, pero ¿qué ocurre cuando los papeles se invierten y somos nosotros quienes debemos cuidar de ellos?
Independientemente de su estado, son muchas las formas de ayudar a nuestros mayores en nuestra propia casa.
Si sufren enfermedades físicas o mentales de una cierta gravedad, lo mejor es recurrir siempre a la experiencia de un profesional. Y en la mayoría de los casos no es necesario separarnos de ellos para lograrlo.
Es más, la ayuda de un enfermero o cuidador en casa es mucho más beneficiosa para todos. Para nuestros padres, porque están perfectamente atendidos dentro de un entorno familiar, fundamental para su buen estado mental y de ánimo.
Y para la propia familia, puesto que es una solución más económica, cómoda y segura, dado que podemos supervisar los cuidados que reciben a diario.

Hay 5 puntos básicos en el cuidado correcto de un anciano que todos podemos llevar a cabo si trabajamos unidos:
1.- Información médica sobre el anciano
Lo más importante es saber qué les ocurre a nuestros ancianos. Su médico habitual es quien nos debe explicar cómo está y darnos información acerca de:
Qué enfermedad sufre y cuál es la gravedad (si es que no la había desarrollado con anterioridad)
–  Cuáles son sus necesidades principales.
–  A qué síntomas debemos estar alerta para acudir al médico.
– Y, por supuesto, qué medicación debemos suministrarles y cómo debemos hacerlo.
2.- Suministración correcta al anciano, de su medicación 
A veces, solo es necesario que estemos un poco pendientes de que se tomen la medicación en la cantidad y frecuencia correctas. En otras ocasiones es necesario adquirir un pequeño triturador de pastillas y una jeringa si nuestros abuelos tienen problemas para la deglución de sólidos.
Y en los casos más críticos podemos necesitar de un gotero, un equipo de sonda, realizar inyecciones intravenosas, etc. Gracias al avance de la farmacología y del instrumental médico este tipo de atenciones pueden darse en casa sin ningún problema, pero necesitaremos de un profesional cualificado para llevarlas a cabo.
3.- Higiene personal del anciano:La higiene es uno de los puntos fundamentales en el cuidado de un anciano y uno de los más complicados en el día a día.
Debemos estar atentos a posibles pérdidas de orina examinando sus sábanas y ropa interior. Si los detectamos debemos explicarles la necesidad de usar compresas.
En el caso de los ancianos que estén postrados en cama o que sufran problemas de retención, es imprescindible la utilización de pañales para adultos y un rito de higiene diaria:
–   Debemos mantener su cama totalmente limpia y seca. 
– Con paños húmedos, toallitas húmedas y gasas debemos limpiarlos y aplicarles una loción hidratante después para evitar los picores y la excesiva sequedad de la piel que pueden conducir a una dermatitis.
–  Podemos lavarles el cabello con unos soportes especiales que se adhieren al cabecero de la cama y debemos secarlo y cepillarlo después.
– Asear al anciano en la cama no es sencillo y podemos necesitar de una ayuda extra para incorporarlos, darles la vuelta y cambiarles el pañal. 
4.- Alimentación equilibrada del anciano
La malnutrición en los ancianos, sobre todo en aquellos que viven solos, es un problema bastante común. Tienden a comer menos cantidad y no llevan una dieta equilibrada. Debemos vigilar que nuestros mayores se alimenten bien y detectar posibles pérdidas rápidas de peso ya que esto puede ser fundamental a la hora de descubrir una enfermedad o el agravamiento de una ya existente.
Hay una serie de alimentos básicos que es necesario:
– Aumentar: La frecuencia entre comidas. La alimentación no debe ser demasiado abundante y hacerse en 3 tomas diarias como mínimo
La fácil masticación. Y en caso de que sea necesario darles batidos enriquecidos y alimentos licuados para su mejor deglución.
Las proteínas vegetales, los cereales, la fibra y los lácteos. Leche, pescado, clara de huevo, carnes blancas mejor que rojas y siempre sin piel, ensalada, hortalizas, legumbres, verdura cocida, fruta, pan, arroz, fideos…
Las cocciones al vapor o los hervidos de los alimentos.
La hidratación. Deben beber de 8 a 10 vasos de agua, zumos, infusiones… y sin abusar del café.
– Reducir: La sal, las grasas saturadas (mantequilla, embutidos, tocino…) y las especias fuertes.
Alimentos muy calóricos y comidas copiosas. Piensa que su consumo energético es menor del habitual y deben evitar problemas de sobrepeso.
Pero lo que nunca debemos olvidar es que, tengamos la edad que tengamos, la comida es un placer. Que deban comer sano no significa que deban comer aburrido. Debemos hacer atractiva la comida para que sea una alegría para el anciano y no un suplicio más en su día a día.
5.- Motivación y ejercitación física del anciano
Tenga o no movilidad, mayor o menor rapidez mental, el cerebro y el cuerpo de nuestros mayores deben mantenerse activos. 
Debemos estimularlos. Si tienen movilidad, es muy importante que dispongan de un andador para caminar, o de una silla de ruedas, en caso contrario. 
Existen multitud de ejercicios terapéuticos y recreativos que podemos hacer con y para ellos.Pasear por el parque, jugar a las cartas, conversar, estar con sus nietos, pedir su opinión sobre algo, realizar ejercicios de memoria, leer… En suma, convivir con ellos, respetarlos y quererlos es siempre garantía del mejor de los cuidados para nuestros ancianos.

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